Un pitido acompañado de una vibración y así varias veces al día, tantas que ya casi ni nos molestamos en mirar. Bueno, en realidad sí porque no podemos evitarlo: la dependencia del móvil es tal que no seremos capaces de hacer nada más hasta que no nos tranquilicemos y veamos a qué se correspondía ese aviso. WhatsApp, por su popularidad y la alta tasa de uso, es ya una categoría aparte. Los avisos son tantos que muchos se dan por derrotados y marcan como leídos mensajes que en realidad ni han mirado. Pero por fortuna hay formas de recuperar esa libertad que un día tuvimos para domar a la aplicación a nuestro entojo.
Adiós a las confirmaciones
El famoso doble tic azul trae por la calle de la amargura a muchos usuarios porque de alguna manera, nos hace rehenes y nos obliga a actuar. Vamos conduciendo y nos llega un whatsapp. Esperamos a un semáforo para abrir la app y ver de qué se trataba con la intención de atenderlo luego, pero, sin saberlo, y desde luego, sin quererlo, estamos a punto de meternos en un jardín de difícil salida a menos que respondamos en el momento. Al otro lado de la línea verán el mensaje como leído y las horas en responder como una ofensa irreparable. Estamos ante una comunicación no verbal, pero tampoco física. Y la imaginación juega muy malas pasadas. Lo más sensato es desactivar la confirmación de lectura: en Ajustes, seleccionaremos Cuenta, Privacidad y nos aseguraremos que la confirmación de lectura está desactivada. Eso sí, tampoco la tendremos nosotros al enviar un mensaje.
Podemos vivir sin conocer la última hora de conexión
Otra forma de presión pasiva en WhatsApp es sin duda alguna la famosa “última conexión”, un dato que no nos va a aportar nada bueno y que puede ser objeto de múltiples controversias y no solo entre las parejas. Así, por ejemplo, uno puede haberse excusado en el trabajo por encontrarse mal y desear retirarse pronto para descansar pero luego en un momento entrar en WhatsApp a las dos de la mañana. Es más probable que el jefe piense que se ha ido de copas a que simplemente ha pasado una mala noche. Otro dato que no aporta nada salvo a los obsesionados con controlar la actividad ajena. Para desactivarlo basta con ir a Ajustes, Cuenta, Privacidad y en «Última vez» marcar «Nadie». De la misma manera, tampoco podremos saber la última hora de conexión de nuestros contactos nosotros.
Silenciar grupos… y usuarios
Es inevitable que nos metan sin que lo deseemos en los clásicos grupos de padres de colegio, excompañeros de la universidad, etc. en los que siempre hay varios miembros locuaces que no dudan en dar los buenos días y acostarnos por las noches. Y salvo que uno dedica dedicarse en cuerpo y alma a la pantalla del móvil, lo más prudente es silenciar esos grupos en los que la información no suele tener relevancia. Basta con hacer clic en el nombre del grupo y después en «Silenciar» durante el tiempo que consideremos prudencial. Otro tanto puede hacerse con los contactos que se pasen todo el día enviando chistes o material que no nos interesa. En ese caso, basta con hacer clic sobre el nombre del contacto en el propio chat y después en «Silenciar». La magia del asunto es que el móvil dejará de pitar, pero la lástima es que la burbuja con los mensajes sin leer seguirá ahí.
La opción de Bloquear
Hay que partir de la base que el móvil es algo íntimo para un usuario: lo lleva a todas horas encima y de tal manera puede interrumpirle en momentos de descanso o en los que estamos trabajando en algo importante. Si bien es cierto que la mayoría de los contactos hacen un uso razonable del WhatsApp, algunos, fundamentalmente comerciales de empresas que han dado con nuestro móvil o simplemente gente molesta, no tienen empacho a escribir sin parar a todas horas. Si ese es el caso, ha llegado el momento de bloquear a ese usuario: no podrá ponerse en contacto con nosotros ya. Basta con hacer clic sobre el nombre del contacto en el propio chat y pulsar luego sobre «Bloquear». Alternativamente se puede acceder a través de Ajustes, Cuenta, Privacidad y Bloqueado, donde podremos además gestionar todos los bloqueos.